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Aguante la ficción,la condición necesaria

El FMI aporta la condición necesaria para que aguante la ficción…hasta que baja el telón y el público chifla.

Mensaje de Milei: «El mejor gobierno de la historia», como en los «peores gobiernos de la historia», necesita un acuerdo con el FMI a pesar de haber realizado, según él, 97% de lo que se proponía. ¡Epa!

Si con el 97% del programa realizado necesitamos un bote salvavidas, ¿la nave va? 

Otra vez «acuerdo con el FMI» condición necesaria para que aguante la ficción de que «todo está bien». Sin ese acuerdo se hará evidente que las cosas están muy lejos de estar bien.

Acuerdo FMI «condición necesaria». Como es «condición necesaria» para el «equilibrio fiscal», que no haya obra pública. Consecuencia, presos en comisarias, se escapan por la puerta. O condición necesaria para la cripto estafa que, en su tuit, Milei difunda. 

En política berreta «condición necesaria» está asociada a «aguante la ficción». No hay dólares, nuestra infraestructura es la de un país extremadamente subdesarrollado. La familia Davis dice tener 100 millones de «caras grandes». 

Trascendió: refinanciación del FMI más U$S 8.000 o 10.000 millones «frescos». ¿A cambio de qué? El Congreso no lo sabrá cuando apruebe más deuda. Javier, diputado, no votó acuerdo: cumplió el teorema de Baglini. 

La condición (el acuerdo) es necesaria para que siga la apuesta. Un país ilíquido (reservas negativas) y sin acceso al crédito. 

La relación deuda/PIB -PIB aplastado y en decadencia-, comparada con el resto del mundo es baja. 

Pero se hace «enorme» si no hay crédito del FMI. 

Medio siglo de incapacidad de generar valor agregado neto en el comercio exterior. 

Lo que nos hace únicos es que no nos endeudamos para incrementar stock de capital. Lo hacemos para financiar, hace 50 años, la fuga de capitales. Deuda externa menor que el total de los capitales fugados. No todos los que fugan son evasores. Todos los evasores, finalmente, fugan. En 50 años todos los gobiernos, incluido este, sancionaron leyes de blanqueo y este blanqueó sin costo. 

Este blanqueo fue «la condición necesaria» para controlar el tipo de cambio de esta política anti exportadora, Sin blanqueo no hubiera resistido «la ficción». Se agotó y ahora llega un balón de oxígeno del FMI para la sobrevida de un nivel del tipo de cambio que hace inviable el sostén de una infraestructura decente, el pleno empleo productivo y la inversión reproductiva. 

No es un «dólar atrasado», es un dólar que atrasa el progreso colectivo: la satisfacción de las necesidades sociales.   

Massa fue «condición necesaria» para Milei: plata, fiscales, candidatos y la peor política económica de la historia. Contó con G. Rubinstein y Leandro Madcur. Leandro hoy nos representa en FMI. 

A Madcur, como a G. Francos -representante de Massa en el BID y hoy jefe de Gabinete-, le cabe «revolcaos en un merengue y en el mismo lodo, todos manoseaos. Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor» (Cambalache, E.S. Discépolo).

Revisar el CV de los «leales fluidos» («ideología de género político») es imprescindible para conocer la harina de este pan. La sinuosa trayectoria de protagonistas de 5 décadas explica, en parte, que nos pasa. Es «la condición necesaria» para el fracaso. Menem integró su equipo clave con un prominente funcionario de la Dictadura junto a uno de los autores del programa de Firmenich. Ellos y los predecesores y sucesores, fueron al FMI para que «aguante la ficción». Siempre terminó mal:1989, 2001, 2016 y 2023. La «condición necesaria» sólo «aguanta la ficción» … un tiempo. 

«Exitos», «milagros» y fracasos de 50 años: nada que haya generado progreso. 

Lo dijo Milei: «Para sintetizar … la pobreza se multiplicó por 10 entre 1974 y finales de 2023… desde la década del 70 hasta acá el mundo bajó la pobreza del 50% al 10%; y nosotros del 5 la llevamos al 50, una verdadera aberración fruto de la casta política». Tiene razón. Pero poca. 

Personas en pobreza pasó de 5% en 1974 -un millón de personas- y, dice Milei, la llevamos a 50%, hoy 23 millones: los pobres se multiplicaron por 20 veces. 

50 años, 8 de Dictadura, 1.472 días liberales, 2.778 radicales y 10.368 días peronistas. Ejecutaron un programa común: se define por lo que no hicieron. Funcionarios de la Dictadura en gobiernos radicales y peronistas; simpatizantes o militantes de la Guerrilla en gobiernos peronistas, radicales y liberales. «Revolcaos en un merengue y en el mismo lodo, todos manoseaos. Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor». Flojos de convicciones y lealtades, con mucho apetito: pura casta. 

Milei avisa «su futuro»: «La motosierra no es solo un programa de gobierno, … que seguirá durante años y no parará hasta que no encuentre el final del Estado en el largo plazo». Quiere la desaparición del Estado. 

Todo lo que ocurre es «condición necesaria» para mantenerse en el Poder hasta liquidar al Estado: designar jueces por decreto, abusar del veto y del DNU, instalar el «estado de excepción». 

¿Fingimos demencia y hacemos como que no oímos? 

Concreto. Una herramienta, para exterminar al Estado, es la sustitución de la fiduciaria por la criptomoneda. 

Durmientes en el camino para instalar la vía que nos lleve a ese destino anarcocapitalista. Motosierra, criptomoneda, perlitas que engarzan «los marginales» (como dijo Lilita). La cripto estafa es una deriva de esa concepción: Milei enseñaba cripto hace años y cobraba 40 dólares por alumno.  Salió mal.

Por un tiempo, con acuerdo FMI, todo seguirá. Pero sin FMI Milei sería hombre al agua. Dijo R. Arriazu: «Yo creo que, si devaluamos, chau, se acabó todo el programa, se acabó Milei, se acabó todo» (Rotary Club,21/8/24).

¿El acuerdo FMI servirá para «no devaluar»? ¿Serán fondos frescos de libre disponibilidad para la rifa Caputo & Co.? ¿Implicará terminar con el blend, el control de cambios, el precio máximo del dólar y otras artimañas? 

Caputo II necesita los U$S 15.000 millones que prometió (Anker) y que lo proyectó al Ministerio. Javier, en campaña, fascinaba a LN+ y TN diciendo «¿querés que te muestre la oferta de U$S 10.000 millones que tengo en el celular?». No los tenía y no tenía idea de cómo lograrlos. Caputo II, mago de la mesa de dinero, dijo que conseguía 15.000 millones verdes y por eso está. 

Por eso pasamos de «el peso es un excremento» y Emilio Ocampo designado, en el auditorio de Luis Barrionuevo, para cerrar el BCRA a «el super peso y fortalecer el activo del BCRA endeudándonos con el FMI». ¿Endeudarse fortalece? 

La cultura de la timba es otra dimensión del conocimiento: siempre salen parados y con jugoso patrimonio. No le pasa lo mismo al país.   

Recordemos: F. De la Rúa, diciembre de 2000, salvataje del FMI: «He anunciado un blindaje que nos saca del riesgo y crea una plataforma extraordinaria para el crecimiento». Luego, Mauricio M: «Esto que se ha logrado, que es algo inédito en nuestra historia en términos de apoyo mundial, es una oportunidad para que la Argentina consolide un camino de crecimiento y desarrollo», mega préstamo del FMI. Después, como siempre, ¡Hundido! 

El FMI aporta la condición necesaria para que aguante la ficción…hasta que baja el telón y el público chifla.

En 50 años casi todos los países que crecieron y disminuyeron la pobreza, tuvieron un Programa de Largo Plazo, a la manera del Conade 1963 – 1974, leyes de promoción para la inversión en la producción de bienes transables con valor agregado, financiamiento de largo plazo adecuado para expandir la producción -incluida la agropecuaria-, políticas de promoción integral del empleo y agresivas estrategias exportadoras.

No ocurrió en 50 años: no haberlo hecho es lo que tienen en común todos los gobiernos de todos los colores. Penaron por préstamos y por dólares hasta de carry trade y asistieron, impávidos, a la fuga que presionó para tomar deuda para escapar y volver un rato en el próximo blanqueo.

Medio siglo de política económica privilegiando el corto plazo, con el objetivo central de «combatir la inflación», atrasando el tipo de cambio, promoviendo la apertura comercial y destruyendo el aparato industrial, convencidos que «el mercado» solito, nos haría crecer: el PIB ph creció 0,3% anual en promedio (17% en 50 años). El FMI ayudó a la ficción. 

La década del Conade (1963/74) -seguimiento de políticas activas de Occidente- fue la de mayor crecimiento del PIB ph de nuestra historia, después de la 1874/1884. Radicales, militares, liberales y peronistas, con ideas claras (y compartidas) para construir una Nación incluyente lograron 5% de pobreza, pleno empleo, Coeficiente de Gini de 0,34 y crecimiento. 

Milei explicó la razón del fracaso posterior: «El saqueo de los políticos no se acaba con esas dos estafas monumentales, hay que sumar los US$ 25.000 millones de dólar futuro en el 2015 y los US$ 40.000 millones de las Sira en el 2023. En los últimos 25 años, la política vía al Banco Central les robó a los argentinos US$ 110.000 millones. Vengan ahora a hablar de estafa piramidal. Dale». 

No mencionó la «venta», por monedas, de empresas públicas, las groseras concesiones y la Patria Contratista y la «nueva oligarquía concesionaria». La marginalidad al frente del Poder Económico. 

Milei acusó de «estafa» a «su coloso»: el mismísimo Federico fue el responsable de los US$ 25.000 millones del dólar futuro en 2015 y del aluvión de pasivo remunerado del BCRA. ¿En las propias filas los autores del saqueo?  Se auto involucró al decir «Vengan ahora a hablar de estafa piramidal. Dale». Recordó la cripto estafa en la que, el tuit de Milei fue «la condición necesaria» para que se evaporen millones de dólares y miles de damnificados que preguntan por los vínculos de la Casa Rosada con los atorrantes Davis y los pícaros con los que Javier daba cursos de cripto en su otra vida. 

Cuando la política no es «tener ideas claras acerca de lo que hay que hacer desde el Estado para construir la Nación» se termina por apelar a «condiciones necesarias» (siempre transitorias) que hacen posible que «aguante la ficción» … un tiempo. Actores: Francos, Ritondo, Ruckauf, Juez, Scioli, Federico, Caputo, etc., en varias ficciones y un grupo de marginales. Todo es «condición necesaria para que aguante la ficción». 

Fuente: El Economista (C.Leyba)

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