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EL PARO DE LA CGT MOVILIZADOS POR SALARIOS,EMPLEO,DOLAR Y CONSUMO

Diferentes proyecciones sobre cinco indicadores clave de la economía advierten sobre paritarias pisadas, riesgos del ancla cambiaria y condicionamientos de la baja inflacionaria. Los costos y el escenario que enfrentan las y los trabajadores en la antesala de un nuevo paro general.

Esta semana estará atravesada por un nuevo paro general -el tercero en la gestión de Javier Milei– convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) con amplia adhesión de las demás centrales sindicales. El apoyo es fácil de explicar. Diferentes proyecciones encienden la alerta de cara a los próximos meses y a la posibilidad de que empeoren aún más las condiciones de vida de las y los trabajadores. Spoiler: el panorama no es nada alentador hacia adelante. 

¿Qué escenarios aparecen en el horizonte? En base a información del primer trimestre de 2025,  los datos de empleo marcarían una baja en 2025, sobre todo si continua el estancamiento de las actividades clave en la generación de puestos de trabajo como construcción e industria. Respecto de esta última, las estimaciones sectoriales indican que 6 de cada 10 firmas industriales no aumentarán sus inversiones productivas este año y menos del 20% proyecta una suba del empleoSe suma en materia cambiaria la incertidumbre sobre la política oficial, mientras se mantiene la pérdida de competitividad local.  

Hacia adelante, las y los trabajadores tampoco verían mejoras en sus ingresos -con salarios que se mantienen pisados por debajo de la inflación mensual- y, por ende, continuaría la crisis del mercado doméstico. Para este año, el gobierno busca sostener a toda costa el proceso de desinflación, apostando de lleno al ancla salarial y, en ese sentido, la recuperación del consumo masivo parece lejana y así lo anticipan datos privados (en febrero pasado anotó catorce caídas consecutivas).

“Los trabajadores paramos por paritarias libres y homologadas, aumento de emergencia a los jubilados y un proyecto de actualización del bono, plan nacional de empleo, en defensa de la industria nacional y porque se retome la obra pública”, señaló el comunicado de la central obrera convocando a la jornada. En ese sentido, agregaron el pedido de “más presupuesto para educación y salud” así como “el fin de la represión a la protesta social y por la justicia social”.

La jornada de 36hs comenzará el miércoles 9 de abril con una movilización en apoyo a las y los jubilados que vienen reclamando cada miércoles frente al Congreso nacional, en tanto que el jueves 10 de abril habrá un paro general de actividades aunque, como anticipó este medio, la UTA se bajó finalmente del convite, mientras que el resto del transporte sí será de la partida.

La contracción económica y el deterioro salarial se expresan en una realidad concreta: el shock económico no solo afectó a los sectores bajos, sino que deterioró en gran medida las condiciones de vida de los sectores medios, impactando en ambos casos en la capacidad adquisitiva de hogares que, con suerte, sobreviven el día a día en medio de la incertidumbre y el terror concreto de quedarse sin un ingreso que les permita vivir.  

Al respecto, la recesión económica del primer año de gestión de Javier Milei afectó directamente las posibilidades de empleo de la población. Los últimos datos de mercado de trabajo, al cuarto trimestre del 2024, son contundentes: en comparación con el mismo trimestre del año anterior la desocupación subió del 5,7% al 6,4%, los ocupados demandantes del 15,5% al 16,6%, y la presión sobre el mercado de trabajo del 27,4% al 29,4%. Estos números plantean el interrogante sobre ¿qué esperar para este 2025?

“Las señales de la coyuntura no son alentadoras. Dejar que la mano invisible del mercado acomode las variables solo consolidará sectores poco demandantes de fuerza de trabajo, y abrirá la puerta a conflictos de mayor o menor intensidad por la distribución del excedente”, analizó el investigador Luis Campos, del Instituto de Estudios y Formación de la CTA–Autónoma. A la vez, agregó que la población sin empleo “no se va a quedar en su casa a esperar que la inanición haga lo suyo. Si a ello sumamos una larga experiencia y tradición organizativa de los trabajadores y trabajadoras en nuestro país, el conflicto tarde o temprano aumentará”.

Por otro lado, un informe elaborado por el centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) sostuvo que el empleo no solo se estancó, sino que evidencia una tendencia negativa para este 2025 ¿Qué ven hacia adelante en puestos laborales? “Hasta diciembre de 2024 se recuperó el 12% de los puestos de trabajo perdidos entre agosto 2023 y julio 2024 (22 mil de un total de 176 mil). Sin embargo, de acuerdo a nuestro Indicador Predictivo del Empleo en marzo observamos que la situación de estancamiento se mantendría durante los primeros meses de 2025, aunque ahora con variaciones levemente negativas”, señaló Matías Maito, director del espacio. Según sus estimaciones, “de mantenerse ese ritmo moderado de crecimiento del empleo, recién en enero de 2026 se recuperarían todos los empleos que se perdieron desde agosto de 2023”.

En materia salarial, después del golpe de la devaluación de diciembre 2023, los salarios empezaron a recuperar, en la segunda mitad del año, parte de lo perdido. Sin embargo, habrían llegado a un techo a fines de 2024 mientras que, este año, volvieron a caer como resultado de subas paritarias por debajo de la inflación ¿Cuáles son las probabilidades de que la situación se revierta? “Mientras los salarios continúen funcionando como ancla inflacionaria, difícilmente podamos observar recuperación”, señaló Maito. Así lo analizan también desde la consultora Ecolatina: “La pauta del propio gobierno del 1% mensual es una referencia que pretende que los salarios funcionen más como ancla de la desinflación”. Según dicha fuente, al menos nueve de doce gremios importantes tuvieron un saldo negativo al inicio del año y las perspectivas de mejora son pocas ya que “para los primeros meses del 2025 los salarios estarían creciendo cada vez más cerca del 2% que del 3% mensual”.

Otro ingreso clave de los hogares argentinos son las jubilaciones. Solo en 2024 cada jubilado/a acumuló una pérdida promedio de $2.031.242 (según el Mirado de la Actualidad del Trabajo y la Economía- MATE) con una caída promedio de la jubilación mínima del 18% que llevó su poder de compra a un nivel similar al de 19 años atrás. En relación, el haber mínimo apenas superó los 350.000 pesos contando el bono congelado desde hace un año en 70.000 pesos, mientas que la canasta básica (CBT) para jubilados llegó a $1.200.523 (Defensoría de la Tercera Edad CABA).

¿Qué esperar para este año? “Los haberes dibujarán una línea horizontal similar a la que se observa en la década del ‘90, sin perder, pero sin ganar poder adquisitivo, luego de ubicarse sensiblemente más abajo”, analizaron desde el centro CEPA y recordaron que el gobierno «confirmó que el bono se mantendrá en el mismo monto durante todo 2025”. De cumplirse las proyecciones inflacionarias, los guarismos indican que “le estarán negando a los jubilados de la mínima $97.341 adicionales por mes”, indicaron. Se suma que días atrás terminó, por decisión del oficialismo, la moratoria previsional y, de ahora en más, el 50% de los varones y el 69% de las mujeres con la edad legal cumplida no podrá acceder al derecho a una jubilación (un total de 243.000 personas). 

Si se pone el foco en los diferentes sectores de la economía se observa que, en el primer año del actual gobierno nacional, solo tres actividades tuvieron un crecimiento significativo: la actividad agropecuaria, la explotación de minas y canteras y hoteles y restaurantes. En cambio, nueve actividades retrocedieron lideradas por la construcción, el comercio, la industria y los servicios comunitarios, sociales y personales.

En particular, las pymes manufactureras registraron la segunda mayor caída del nivel de producción (después de 2020) y de empleo (después de 2009) de toda la serie histórica. Esta situación, todavía muy lejos de revertirse, tiene impacto directo en las proyecciones para este año: el 60% de las pequeñas y medianas firmas industriales no planifica aumentar sus inversiones productivas en 2025. Los datos se desprenden del último informe del Observatorio Pyme que puso el ojo, además, en los principales problemas que enfrentan dichas empresas: “la amenaza importadora, los elevados costos de producción y la incertidumbre sobre la sostenibilidad de la demanda”, generan alarma en las pymes. Un dato no menor: 7 de cada 10 considera con la caída de las ventas es la preocupación central.

Fuete: El Destape

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