La revisión de la estrategia global de grandes compañías las lleva a dejar el país pese a las generosas propuestas de Milei.
Con su salida de la Argentina, P&G, que esta semana cerró la venta de sus activos a Grupo Newsan, se suma a una extensa lista de compañías que decidieron cerrar sus operaciones en el país en los últimos siete meses. Desde la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación, ya son al menos ocho las empresas internacionales que vendieron su negocio local o están en pleno proceso de desinversión, pese a los vientos de cambio prometidos por el Gobierno en materia económica.
Antes que P&G, Clorox. otro gigante del consumo masivo global, ya había hecho las valijas. La dueña de marcas como Ayudín, Poett, Trenet vendió su portfolio al fondo Apex Capital.
Como parte del acuerdo, Clorox Argentina, que empleaba a más de 450 personas y contaba con marcas registradas y dos plantas de producción ubicadas en las Provincias de Buenos Aires y San Juan, pasó a llamarse como una de sus etiquetas más reconocidas, Grupo Ayudín.
En el sector financiero, el banco británico HSBC decidió desprenderse de su negocio en el Cono Sur. El comprador de la operación argentina, por u$s 550 millones, fue el Banco Galicia, que con esta adquisición se transformó en la primer entidad financiera privada del país y la segunda por tamaño detrás del Banco Nación.
La operación cerrada en abril, incluyó la venta de todos los negocios de HSBC Argentina, que incluyen el Banco, Asset Management y Seguros además de u$s 100 millones de deuda subordinada emitida por HSBC Bank Argentina.
En el sector del agro, la canadiense Nutrien, referente mundial del mercado de fertilizantes, tomó la decisión de dejar su negocio local. Lo hizo luego de registrar fuertes pérdidas a raíz del cepo, aunque la explicación oficial fue que buscaba priorizar el mercado brasileño.
Nutrien tenía presencia en la Argentina desde 1995 y produce 27 millones de toneladas de productos de potasio, nitrógeno y fosfato a nivel global. Además, es propietaria, en partes iguales, junto a YPF, de la fábrica de urea granulada de Profértil.
Pese al gran potencial de producción de Vaca Muerta, también hay compañías que decidieron desprenderse de su operación en la cuenca neuquina. Una de ellas, ExxonMobil anunció en septiembre del año pasado que vendería sus áreas tras una reevaluación global de activos. Una de las interesadas en quedarse con los bloques de la compañía norteamericana es Vista, la petrolera fundada por Miguel Galuccio.
También Enap anunció la intención de vender sus activos de upstream en la Argentina. La compañía chilena es socia de YPF, con la que hace dos años había firmado un memorándum de entendimiento para explotar oportunidades conjuntas de producción y exportación en Vaca Muerta.
En el campo tecnológico, Xerox vendió sus operaciones en la Argentina y Chile a Grupo Datco, un holding nacional proveedor de tecnologías y servicios de redes de fibra óptica en América latina. La misma compañía, por medio de su controlada Silica Networks, adquirió a principios del mes pasado la filial local de la colombiana Internexa.
El proceso de desinversión en la Argentina no es nuevo. Es que en los últimos cinco años más de 40 empresas decidieron irse del país por distintos motivos.
Trabas para operar, cepo al dólar, crisis del consumo fueron una constante en la economía local del pasado lustro. En ese contexto, empresas como Latam o Falabella cerraron la persiana sin siquiera encontrar un comprador para su operación en el país.
Pero el fenómeno se corresponde también con una tendencia global, en la que algunas marcas deciden cerrar su filial, pero mantienen presencia en el mercado gracias a socios estratégicos. Ese fue el caso de Adidas, Nike, Zara, y, más recientemente, Clorox y P&G, que licenciaron sus marcas a operadores locales.
Por otra parte mas de 3000 empresas cerraron su puertas desde que Milei está en el gobierno y esto ocurre por la aguda recesión que está provocando la caída acelerada de firmas. El 99 por ciento son pymes. El proceso es más intenso al ocurrido en el gobierno de Macri.
Desde que Javier Milei ganó el ballotage y en sus primeros meses de Gobierno cerraron 3559 empresas, entre las cuales las pymes fueron las principales perjudicadas. Los datos surgen de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) y refieren al sector formal de la economía. Fueron analizados en un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa). En el día internacional de las pymes cabe recordar su importancia para el entramado productivo local y repasar las políticas que atentan contra su desarrollo.
Entre noviembre de 2023 y marzo de 2024 , la cantidad de empresas registradas que operan en el país disminuyó en 3559 casos. Los datos surgen de la última información publicada por la Superintendencia de Riesgos de Trabajo (SRT), dependiente de la Secretaría de Trabajo de la Nación, referida a la Seguridad Social con datos actualizados al mes de marzo. Al comparar la cantidad de empleadores que declararon trabajadores en el período mencionado, se redujo de 512.357 a 508.798 casos. Luego de aumentar levemente entre noviembre y diciembre, la tendencia es de clara caída en los primeros meses de Gobierno de Javier Milei.
Las empresas pyme fueron las más perjudicadas de modo que tienen poco que festejar en su día. De acuerdo al informe del Cepa, explicaron el 99 por ciento de los casos de cierre de empresas, es decir 3523 compañías, en tanto que las empresas con más de 500 empleados aportaron 36 registros.
Las cámaras empresarias pymes vienen cuestionando públicamente al Gobierno desde hace meses y advirtiendo sobre el cierre de empresas. Entre sus críticas mencionan: la desregulación de la competencia con importaciones de productos extranjeros –que se incrementará con la sanción del RIGI-, la contracción de las ventas en el mercado interno debido al deterioro de los ingresos y la falta de atención desde la política pública. En reiteradas ocasiones solicitaron reunirse con funcionarios del Gobierno pero no fueron atendidos.
«No hay ninguna señal de la actual política que me permita alentar la esperanza de que vamos a salir rápido de la recesión», señaló Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), en marzo pasado al presentar el tercer informe del Observatorio IPA. «Como se vende menos, producimos menos. Postergamos las inversiones para atender antes las urgencias. Pero cuando se prolonga la caída de ventas eso no alcanza, se empiezan a reducir las horas extras o se suspende personal. Nadie quiere hacerlo, pero estamos llegando a la necesidad de despedir».
En términos de pérdidas de puestos de trabajo, el informe del Cepa muestra que la cantidad de trabajadores y trabajadoras registradas disminuyó en más de 136.000 personas, al pasar de 9.857.173 en noviembre de 2023 a 9.721.013 en marzo de 2024. En términos porcentuales la pérdida de puestos de trabajo regitrados fue de 1,38 por ciento en el período. También la tendencia fue levemente ascendente entre noviembre y diciembre, para caer después y especialmente con más fuerza a partir de febrero.
Fuente: El Cronista