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Urgente: El JP Morgan se metió de cabeza en el Gobierno argentino

Tras la cuantiosa intervención del Tesoro norteamericano en el mercado de cambios para contener al dólar desembarca el principal banco internacional con condiciones para un desembolso por 20 mil millones de dólares. Mesa servida para la injerencia total.

La gala en el Teatro Colón ya se había organizado desde enero, pero el calendario electoral no era casualidad. La presencia de los popes de las finanzas internacionales, juntos a otros referentes nacionales y globales de la política y la economía, tuvo como uno de los puntos nodales de discusión la elección intermedia que puede definir si Estados Unidos le dará un apoyo contundente o no al gobierno argentino.

Se hicieron presentes personalidades del Círculo Rojo argentino que apoyan a Javier Milei como Marcos GalperinEduardo Elsztain o Marcelo Mindlin. También estuvo el expresidente Mauricio Macri.

De la primera plana internacional sobresalen el expremier británico Tony Blair; la ex secretaria de Estado de Estados Unidos y accionista del grupo financiero, Condoleezza Rice; el directivo de Saudi Aramco Amin Nasser, titular de una de las petroleras más grandes del mundoy, el empresario y funcionario de los Emiratos Árabes Khaldoon Al Mubarak.

Pero todas las miradas se la llevó la primera plana del JP Morgan, entidad imprescindible para las aspiraciones de estabilidad financiera que tiene el Gobierno.

De los 18 vuelos privados con funcionarios del organismo que llegaron al país desde el miércoles sobresalió un invitado del Morgan Chase: el influyente banquero de Wall Street Jamie Dimon, CEO del banco desde el 2004, que encabezó el encuentro.

Antes de asistir al mítico teatro porteño, Dimon disertó en un foro con empleados del JP Morgan en el barrio porteño de San Telmo.

Allí, según narra el periodista Jairo Straccia, Dimon apoyó el plan de “motosierra” de Milei, pero también advirtió que los inversores que apoyen el plan de la actual administración “libertaria” deben tener “garantías” para que no sea “traicionado por el próximo gobierno”.

Con esta clara preocupación del sector financiero internacional por el regreso del peronismo al poder, Dimon esbozó la posibilidad de asegurarse, por ejemplo, una futura recaudación por retenciones del agro.  

Horas antes del cónclave en el Colón y a horas de entrevistarse con el presidente Milei, el Gobierno ya le había dado al Morgan un funcionario del riñón del organismo (de los tantos que tiene en el área económica), y que trabajó allí 17 años.

Con la confirmación de Pablo Quirno como nuevo canciller a partir del lunes se impuso Luis Caputo, que ganó terreno, contra los pronósticos de una salida del ministro Economía post elecciones, con una intervención de Federico Sturzenegger en la cartera.

El mensaje primordial con la llegada del que será desde el lunes exsecretario de Finanzas es el alineamiento argentino incondicional con EE.UU. en su cruzada por conseguir financiamiento con su socio principal en el tablero geopolítico.

Tanto el Tesoro norteamericano como el mismísimo Morgan fueron los artífices de esta decisión, que implica un salto cualitativo en su favor.

Hasta ahora el banco había tenido injerencia plena en el gabinete económico de Milei, ahora lo hace directamente en el plano de las relaciones internacionales.

Quirno, que en el Morgan fue director para América Latina desde 1999 hasta el 2016, había sido la pieza clave para la recompra de deuda soberana por 16.300 millones de dólares que tiene como intermediario al propio organismo.  

Se trató de un proceso que no se abrió a licitación previa y del que no se conocen detalles sobre la jugosa comisión que le depara al organismo estadounidense.

Al mismo tiempo, esta entidad financiera es una de las cuatro que negocia (junto con Bank of America, Goldman Sachs, Citigroup y Morgan Stanley) con el Tesoro para darle un préstamo repo de 20 mil millones de dólares a la Argentina y garantizar el pago de los bonos.

A la intrusión del Morgan se le suman los números finales del desembarco de la administración norteamericana en el mercado de cambios para intentar contener al dólar de cara a la elección del domingo.

Entre el Banco Central, el Tesoro argentino y el Tesoro que conduce Scott Bessent quemaron 5.800 millones de dólares en las últimas cuatro semanas, pero de todas formas no pudieron contener la disparada de la divisa desde los $1350 a la cifra actual de $1500.

Demasiados miles de millones verdes para no rendir pleitesía, sumisión, y una alfombra roja en el Colón.

Ya no solo a Trump y Bessent, sino también a Dimon.

Fuente: Diagonales

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